Recientemente se creó en Nicaragua la Ley de Asociación Público-Privada. Éramos el único país de la región que no tenía marco legal de este tipo y sin duda dará un gran impulso a la atracción de inversión extranjera, estimulará la inversión interna y por lo tanto creará empleo y contribuirá al desarrollo de infraestructura no solo vial y de transporte, sino también edilicia, es decir, instalaciones eléctricas, sanitarias y edificios para usos comerciales, residenciales y de oficinas.

En Nicaragua y en Managua de manera especial tenemos un elemento traumático que forma parte del imaginario colectivo como consecuencia del terremoto del 1972. Sin embargo, los que trabajamos en este sector sabemos que se puede construir en altura aun en un país sísmico como el nuestro. De hecho, ya vemos algunos ejemplos que destacan en el horizonte de nuestra ciudad como Viejo Santo Domingo, Los Pinares y Condominio Edificio Norte y otros que están en construcción como Complejo Kakaú, w Prisma y el Complejo BDF-ASSA.

El plan de inversión pública 2017-2021 es novedoso para nuestro país ya que contiene una serie de proyectos que se complementan, pero al mismo tiempo presentan un desafío importante para las empresas, el recurso humano y todos los que estamos involucrado en desarrollo, conceptualización, diseño y comercialización de edificios tanto para uso habitacional como de uso comercial y de oficinas. Los cuatro principales aspectos de este desafío son la creación de capacidades, el marco legal, el acceso al crédito y la sostenibilidad.

La demanda de vivienda aumentara impulsada por los proyectos públicos que se llevaran a cabo entre 2017 y 2021 como: la mejora de aduanas, mejora de las telecomunicaciones, aumento de la infraestructura vial y mejora de la infraestructura turística.

Para suplir esta demanda tenemos que mejorar la competitividad de nuestras empresas aumentado el know-how y preparando nuestro recurso humano.

Debemos trabajar paralelamente en varios aspectos como son la búsqueda de nuevas tecnologías constructivas, nuevos materiales que sean más baratos pero seguros y la aplicación de herramientas informáticas para controlar los tiempos y costos de los proyectos. Otro tema importante y delicado es trabajar con la psicología nicaragüense y poder avanzar en la aceptación del ciudadano de la vivienda en altura.

El crecimiento exponencial de vivienda debe estar considerado en la ley de condominio y su reglamento, que necesitan ser mejorados para que exista mecanismo a través de los cuales se pueda exigir legalmente el cumplimiento de responsabilidades de las partes.

El acceso al crédito es fundamental. Hay que lograr mecanismo que permitan a las familias que trabajan en el sector informal acceder a un crédito bancario sin menoscabar la seguridad de la cartera hipotecaria por lo que se debe crear una comisión entre sectores público y privado que analice este tema ya que significaría duplicar la demanda real en nuestro país.

Finalmente, para lograr espacios urbanos cada vez más articulados que hagan ciudades para nuestros ciudadanos es importantísimo resaltar el tema de la sostenibilidad.

Está comprobado que la gente que habita o trabajan en edificios verdees, certificados Leed o Edge, tienden a ser más productivos y felices. Dos estudios de la escuela de Salud de la Universidad de Harvard señalan que estas personas tienen 30% mejor capacidad cognitiva, se enferman menos y duermen mejor. Entonces la sostenibilidad es salud.

La industria de la construcción en Latinoamérica es responsable del 42% de consumo energético, 21% de consumo de agua potable, genera el 65% de los residuos y el 2% de emisiones de CO2. Los edificios verdes ahorran 15%-50% de energía eléctrica, 10%-15% de agua potable y tienen 33% menos emisiones. Adicionalmente, estos edificios tienen 5%-10% mayores precios de venta y renta, así como un 4% mas ocupación. Por lo tanto, los edificios sostenibles protegen medio ambiente y son más rentables para nuestros negocios.

Otro aspecto de la sostenibilidad es la creación de espacios urbanos. Cuando diseñamos un edificio, reparto o condominio estamos diseñando también un trozo de ciudad. Es necesario asegurarnos de que nuestros desarrollos provean espacio público utilizable, tengan acceso a transporte público, estaciones de policías, colegios, centros de salud, centros comerciales y todo lo que necesita una familia para tener una vida digna. Debemos densificar nuestras ciudades con tipologías de uso mixto y donde sabemos que existen los servicios sociales necesarios.

La sostenibilidad necesita llevar un estímulo como por ejemplo los fondos verdes que permiten a desarrolladores y gobiernos acceder a fondos más baratos si se cumplen parámetros de ahorro de recursos y protección del medio ambiente.

Debemos trabajar de la mano en el desarrollo de planes urbanos como el de revitalización del centro de Managua elaborado por la Alcaldía de Managua (ALMA) con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), consultado con CADUR y la sociedad civil, que establecerá pautas para orientar la inversión pública-privada y que ya cuenta con un mecanismo de comunicación que debe ser formalizado en reuniones periódicas con la participación de ALMA, BID Y CADUR, que nos permitan pilotar el plan.

Quiero concluir transmitiendo el mensaje de Sebastián Fernández Cortina, director de Uniapravi y INFONAVIT, durante el Foro de Vivienda y Ciudad de CADUR 2016 donde nos instaba a re imaginar la vivienda.

En los últimos 40 años se triplicaron las grandes ciudades, la huella urbana mundial creció 6 veces, pero la población solo dos. El 90% de la información digital se generó en los últimos 2 años, pero la industria de la construcción no ha cambiado en los últimos 20 años.

El banco le presta solo al que no necesita porque somos rígidos en como medimos la capacidad de pago de las familias, por lo tanto, también somos rígidos en como producimos vivienda asequible.

En la Cámara de Urbanizadores (CADUR) y NGBC estamos trabajando para lograr la creación de nuevos productos financieros como la hipoteca verde, FHA y Créditos Sindicados. Necesitamos explorar la idea de la Movilidad Crediticia y usar herramientas tecnológicas para analizar mejor el riesgo.

Debemos repensar los modelos de negocio que hemos puesto en marcha tradicionalmente porque como se definió en el “Paris Agreement”. La industria de la construcción es un tercio del problema, pero también un tercio de la solución a los desafíos ambientales.